2007-04-17

:: En el trigal ::


Agarraba los cuchillos por los filos de la paz.
Rítmico cortar de rosas en el trigal.
Escucha bien el grito de cada una de ellas.
Gritan hasta vomitar.

Mostraba su rostro de marioneta, corriendo y riendo a través del pequeño rio de trigo.
Los rayos de luz enfermizos de luna en cuarentena lastimaban sus redondos y mórbidos ojos de negro azafrán.
Pestañeaba sin cesar, imitando a veloces colibríes deprimidos.
En cada voltereta sentía aquella ausencia malvada.
Estaba tan limpia en ese momento.
Sus esculpidos bucles perdían brillo cuando bañaba aquel trigal de lágrimas de metal.
Atropelló aquella danza macabra paralizándola sin aviso prematuro.
El viento provocaba el movimiento ondulantemente lento de su miriñaque de hojalata.
Los recuerdos embriagaban aquel pequeño cerebro repleto de imágenes en collage.
Arañaban un metal, lo lastimaban con un par de tijeras de la abuela, aquel sonido era macabro.
Mi agria niña de metal, corre al granero que la densa lluvia te puede oxidar.
Tus pasos marcados, mil veces pensados, te vuelven indeleble y honran tu precio.
Cielo marrón de perfecta armonía, anticipante del descontrol climático, juega tu papel con pocas ganas de ganar, con posibilidades de errar.
Todo aquello para salvarla de la corrosión mecanizada, la putrefacción incalculada.
Montañas.
Liquid Words: GVM
Pics of Dreams: GVM
(c) 2007

1 comentario:

Ale dijo...

me gusto este dibujo...